Una cocina puede tener un diseño hermoso, ingredientes frescos y un menú delicioso, pero si falla en algo tan esencial como la higiene en el manejo de alimentos, el riesgo puede ser devastador. Desde intoxicaciones hasta sanciones legales, las consecuencias son costosas, tanto para la salud pública como para la reputación del restaurante.

Las Buenas Prácticas de Higiene son un conjunto de normas y acciones esenciales que aseguran que los alimentos se preparen, manipulen y sirvan bajo condiciones seguras. En este artículo explicamos por qué estas prácticas no son opcionales, y cómo su implementación puede convertirse en una herramienta de diferenciación en el sector.
Desde el correcto lavado de manos, la desinfección de superficies, el uso de uniformes limpios, la rotación adecuada de insumos (FIFO), hasta el control riguroso de temperaturas, cada detalle cuenta. También exploramos la importancia de capacitar a todo el personal, desde cocina hasta servicio, para garantizar la coherencia en el cumplimiento de las normas.
COINCA ofrece cursos específicos sobre estas buenas prácticas, alineados con la normatividad oficial (NOM-251) y adaptados a la operación real de cada establecimiento. Con testimonios de negocios que redujeron significativamente mermas, mejoraron su productividad y ganaron la confianza de sus clientes, este artículo demuestra que la higiene es más que una obligación: es una ventaja competitiva.